Lo anterior sugiere que debemos ser precavidos ante la posibilidad de que nuestra mascota ocasione un daño. Las aseguradoras indican que lo más frecuente son lesiones ocasionadas a terceras personas por mordedura, desde leves hasta graves, pero todas generan un gasto. Cuando se lesiona a un menor aumentan la presión y la urgencia. El ingreso a una sala de urgencias de un hospital privado ocasiona un fuerte desembolso inmediato, sin contemplar gastos posteriores. Las complicaciones que genera un siniestro como este se aumenta cuando se trata de gente adinerada o con cierto poder: nos podrían obligar a pagar perjuicios por cientos de miles de pesos.
Ha habido casos donde se han pagado hasta 700 mil pesos por mordedura, con daño material o físico y perjuicios al tercero afectado. En tales incidentes el asegurado no paga nada, todo lo absorbe su seguro. Imagine qué pasaría si le sucede y no tiene una póliza de seguro.
La póliza Hogar contempla otro tipo de coberturas como: rotura accidental de cristales, robo de contenidos, asalto fuera del hogar, incendio, terremoto y responsabilidad civil familiar. Con esto se comprueba que la protección de su hogar y sus dependientes es una inversión, no un gasto.
Fuente: Revista Siniestro